Maine, uno de los estados más pacíficos de Estados Unidos, se vio sacudido por el peor tiroteo del año en el país, que dejó un saldo trágico de al menos 22 personas muertas y alrededor de 60 heridas. La Policía del estado y el sheriff del condado respondieron a informes de un tirador activo en la ciudad, lo que llevó a un llamado urgente a los residentes de la segunda ciudad más grande del estado para que se refugiaran en sus hogares.
La Policía estatal emitió un comunicado solicitando a la población que evitara las carreteras para permitir el acceso de los servicios de emergencia a los hospitales, ya que la magnitud de la tragedia requería una respuesta masiva de atención médica.
Las autoridades identificaron a una persona de interés en el tiroteo, Robert Card, de 40 años, y advirtieron que se le debe considerar «armado y peligroso». Además, se instó a las empresas locales a cerrar o suspender sus actividades mientras se llevaba a cabo la investigación.
Se reportaron tiroteos en al menos tres lugares diferentes, incluyendo el centro de ocio Sparetime Recreation, el restaurante Schemengees Bar & Grille y un centro de distribución de Walmart. El Centro Médico Central Maine en Lewiston, la ciudad afectada, emitió un comunicado anunciando que estaban respondiendo a un «evento con víctimas y tiradores en masa» y coordinando esfuerzos con los hospitales de la zona para recibir a los heridos.
La gobernadora de Maine, Janet Mills, está en estrecho contacto con las autoridades de seguridad y recibió una llamada del presidente Joe Biden, quien ofreció el apoyo federal necesario para enfrentar la tragedia. El tiroteo ha conmocionado a la comunidad local y a todo el país, desencadenando una intensa búsqueda del atacante mientras las autoridades buscan respuestas sobre los motivos detrás de este trágico suceso.